Buen Feng Shui en el Hogar

by Magdalena Muñoz
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BUEN FENG SHUI: LIMPIEZA DE TU HOGAR!

Para que un espacio tenga buena energía, no sólo debe tener una decoración que nos sea agradable, si no que además debe contar con la posibilidad que el Chi (o energía vital) pueda moverse con libertad dentro de nuestro espacio. Si observamos bien nuestro hogar, es como un organismo vivo, que necesita estar fluido para que podamos vivir felices y sanos.

Los objetos que llevan mucho tiempo sin movimiento, están rotos o simplemente ya no utilizamos se van quedando sin esta energía que nos nutre, van poco a poco estancándose y esto bloquea el Chi del lugar. Para activarlo, nuestros hermanos de oriente tienen la tradición de realizar por lo menos dos limpiezas grandes en sus hogares durante el año, una en otoño y así se preparan para el invierno, la otra en Primavera, así dejan atrás el período más oscuro y reciben con una hermosa bienvenida las nuevas estaciones.

Al igual que cuando invitamos personas queridas a nuestro hogar y queremos que esté todo preparado para recibirlos, así el espacio donde vives necesita una renovación para que el Chi pueda fluir y tú también.

Si lo miras desde un lado práctico, es un buen momento para revisar qué cosas hay que desechar porque no las ocupaste en todo el año y sería bueno que fuera a otras manos para que así pueda volver a tener la vida, además del uso para el que fue creado. Como en Toy Story los juguetes querían volver a divertirse con los niños, si miras a tu alrededor podrás ver objetos que les gustaría ser usados nuevamente. Y si tú no los necesitas, es buena idea, regalarlos, donarlos, venderlos o reciclarlos.

Como todas las personas, yo también compro cosas que creí que necesitaba mucho y después me he dado cuenta que apenas la he usado en todo el año. Aquí un completo paso a paso para hacer tu limpieza:

1. Divide la limpieza por habitaciones. En mi caso, yo parto por el baño y la cocina porque sé que son los lugares que más fácilmente podré hacer la limpieza. Luego, me voy al living, luego mi dormitorio y en último lugar mi balcón.

2.Determina formas de decidir qué se queda y qué se va. Por ejemplo, puedes categorizarlas de la siguiente manera:

a.Fundamentales: Se usa, sirve o lo voy a usar sí o sí.

b.Desechables: Está roto, no funciona.

c.Reciclables: No lo usé en todo el año, en realidad nunca me gustó pero creí que era útil tenerlo, estaba en liquidación y pensé que me iba a servir.

3.Comprométete a ser honesto/a contigo mismo/a. Es fácil para las personas que tienen tendencia acumular inventar razones que hacen que todo termine siendo un “Fundamental”, pero en realidad es un “Reciclable” del cuál no se quiere desprender. Y con esto, hay algo muy importante que debes entender… no estás en período de escasez. La frase “él que guarda siempre tiene” ahora ya no funciona, porque no estamos en guerras constantes, ni en período de extremas hambrunas como cuando esa frase surgió. El acceso es mucho más fácil y no, no te estoy fomentando el consumismo, si no que te estoy ayudando a calmar tu ansiedad por poseer objetos porque tienes la creencia de que va a faltar en algún momento y quizás… tal vez… podría ser que… algún día lo necesites.

4.Pregúntate: ¿Me hace feliz? Hace poco vi en la casa de mi hermana un libro de la gurú del orden Marie Kondo, ella dice en su libro “La magia del orden” que si un objeto no te hace feliz o te produce una emoción positiva no deberías conservarlo. Me pareció tan sensato y lógico su razonamiento.

Quiero profundizar especialmente en este punto, porque me di cuenta este año que muchos de los objetos que tengo los obtuve porque me parecían prácticos, útiles o estaban en oferta, pero no me hacían exactamente feliz, no me producían ninguna emoción y si es verdad que hay cosas, como un cucharón de sopa por ejemplo, que no necesariamente debería evocarme algo. Hay otras que sí deberían, como la ropa que usamos cada día o los accesorios por ejemplo. Y esto me pareció importante comentártelo porque tu hogar, como tu ropa y los objetos que te rodean te producen emociones, terminan conectándote con una energía en especial.

Por ejemplo, en mi casa tengo varios cuadros que he pintado al óleo y me gusta tenerlos ahí, me gusta verlos cuando llego a casa, sus colores, lo que representan para mí, el recuerdo del momento en que los hice me generan una sensación de alegría y me hacen sentir que estoy en casa. Mi certificado de instructora de Kundalini Yoga me hace sentir una calidez especial en el corazón, recordar los primeros días y todo el mágico proceso que fue para mi vida, las personas que conocí, los maestros… es solo un papel enmarcado pero lo que me genera puede cambiar todo mi día.

Cuando entres en tu casa o en tu habitación observa que es lo primero que ves, ¿te gusta lo que ves? ¿te hace sentir a gusto? ¿te recuerda momentos positivos o personas queridas? Esto es importante, porque ese lugar donde habitas de algún modo es una parte de ti, ¿te hace feliz?

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